Message: El "libro de la vida" de los mexicanos, como fue bautizado nuestro mapa genómico, muestra que tenemos una estructura genómica propia, diferente de otras personas en el mundo, que se conforma fundamentalmente de dos tipos: europeo y amerindio. Este último representa el rasgo distintivo de nuestra población mestiza.
Una vez descifrado el mapa del genoma de los mexicanos por cien científicos, liderados por Gerardo Jiménez Sánchez, director del Instituto Nacional de Medicina Genómica (Inmegen), el siguiente paso será investigar el genoma de la diabetes, de la obesidad y del cáncer de mama, enfermedades recurrentes en los mexicanos, e incluso determinar por qué han muerto más personas en México a causa de la influenza A/H1N1.
Antes de pulsar una tecla, acción con la que el mapa fue colocado en Internet (www.inmegen.gob.mx), el presidente Felipe Calderón afirmó que el genoma permitirá hacer una medicina predictiva y desarrollar medicamentos más efectivos y seguros con base en la estructura genómica de cada grupo de población. Además será útil para América Latina, ya que estos avances sólo se han hecho en países como Estados Unidos, Japón y Reino Unido.
Luego de pasar escrupulosos filtros sanitarios para evitar que el virus de la influenza A/H1N1 pudiera colarse a Los Pinos, algunos miembros de la comunidad científica, como Guillermo Soberón, promotor de este estudio, y los gobernadores Amalia García, de Zacatecas, y Jorge Carlos Hurtado, de Campeche, atestiguaron ayer la presentación del genoma de los mexicanos.
Molécula con la información de las funciones del organismo
Descrito como un "mapa de carreteras" por Jiménez Sánchez, el genoma humano es la molécula que contiene la información de cada una de las funciones del organismo. Está formado por tres mil 200 millones de unidades o letras, que se conocen por sus iniciales A, G, T y C.
La importancia de este estudio radica en que por primera vez describe el mapa genómico de los mexicanos e inclusive será de utilidad para los latinoamericanos, ya que hasta ahora el esfuerzo internacional conocido como Hat Map se había limitado a descubrir las variaciones frecuentes de tres poblaciones ancestrales: caucásicas, africanas y asiáticas. América Latina había quedado fuera.
Este proyecto costó 15 millones de pesos que, según el director el instituto, fueron aportados por el gobierno federal y las fundaciones Gonzalo Río Arronte y Mexicana de la Salud; además fue respaldado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
La historia comenzó en 2004 con la creación del Inmegen. Entre 2006 y 2007 se levantaron las muestras de sangre de mil 300 personas provenientes de siete estados: Yucatán, Sonora, Guerrero, Veracruz, Zacatecas, Guanajuato y Oaxaca. Todos eran oriundos de sus entidades, al igual que sus dos padres y cuatro abuelos.
Durante un año, los científicos del Inmegen analizaron los estudios y hallaron tres elementos que son descritos por Jiménez Sánchez.
La primera conclusión es que no podemos importar mapas del genoma de otras poblaciones, porque la mestiza mexicana tiene su propia estructura genómica. "No es que seamos marcianos", acotó el científico, ya que compartimos 99.9 por ciento de todas las poblaciones del mundo, pero nuestra estructura genómica tiene fragmentos europeos e indígenas y, por tanto, es diferente a la de otras poblaciones.
Los resultados indican que los mexicanos compartimos 64 por ciento de los haplotipos (combinación de variaciones en el genoma humano que se encuentran tan cercanas unas de otras en el mismo cromosoma y se heredan juntas) con los africanos, 74 por ciento con la población de Asia y 80 por ciento con poblaciones del norte de Europa.
Por esta razón se justifica el estudio, explicó el director del Inmegen, ya que para lograr la cobertura del genoma mexicano se tendrían que hacer todas las pruebas para africanos, asiáticos, europeos y sólo se lograría 96 por ciento de la cobertura, con un costo 35 veces más alto. En cambio, con dos estados de la República analizados se cubre 97 por ciento del mapa de los mexicanos.
Por ejemplo, en Sonora hay mucha más representación del genoma europeo, mientras en Guerrero y Oaxaca aun en los mestizos hay mucha más representación, entre 60 y 70 por ciento, de la población indígena. En Veracruz y Guerrero sólo se encontró un pequeño componente africano.
Los investigadores también encontraron que los mexicanos tienen variaciones privadas en su genoma, es decir, que no se hallan en las poblaciones de Asia, de Europa ni de África. En palabras de este científico, significa que "hay algunos cambios de una letra por otra que no existen en ninguna otra parte del mundo".
Con estos resultados, el director del Inmegen anticipa que en menos de cinco años se harán aplicaciones médicas en México y llegaría un momento en que "con una gota de saliva podamos saber si damos o no un medicamento". Para que el mapa genómico tenga utilidad médica, la investigación científica en medicina genómica tendrá que continuarse y propagarse en el país, resaltó el científico.