Sunday, March 02, 2008

Latinos utilizan genealogía para encontrar respuestas al presente

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tomado de lo voz Catolica

José Luis Castillo Castro
EFE

Más allá de averiguar el lugar de nacimiento exacto de su padre, quien
llegó a Texas desde México a principios del siglo XX, Art Garza busca,
a través de la genealogía, descubrir si la enfermedad que hoy lo
agobia es hereditaria.

Hace seis años, Garza se enteró de la existencia de la Organización
Hispana para la Genealogía e Investigación (HOGAR, por su sigla en
inglés) que opera en la división de genealogía de la Biblioteca
Pública de Dallas (BPD), y que recibe más de 50,000 visitas al año.

Con las indicaciones de HOGAR, Garza, de 74 años, emprendió la
búsqueda para conocer el lugar de nacimiento de su progenitor, pero lo
único que pudo averiguar es que llegó con sus padres de Tamaulipas
(México) a Texas a principios del siglo XX.

"Indagué hasta encontrar los nombres de mis abuelos y que, al momento
de pisar suelo tejano, eran muy pobres, y que mi padre era uno de los
últimos entre 13 hermanos. Por eso mis abuelos decidieron darlo en
adopción a una familia adinerada", comentó Garza.

Pero la curiosidad llevó a Garza a descubrir, además, que muchos de
los miembros de su familia, como sus hermanos, sus tíos y hasta su
padre, habían sufrido dolencias cardíacas, que les habían costado
incluso la vida.

Garza sufre del corazón y vive con un bypass. En 2003 le
diagnosticaron cáncer, y actualmente se somete a quimioterapia.

"La genealogía fue primero un hobby; luego se convirtió en una
indagatoria sobre mis ancestros y sus enfermedades", explicó.

Así como Garza indagó sobre la salud de sus antepasados, Dorina A.
Thomas, de 62 años, natural de Kingsville (Texas), también utilizó la
genealogía para el mismo propósito.

"Estaba interesada en la muerte de mis abuelos. Cuando vi los
certificados de defunción pude conocer no sólo los nombres de sus
padres, y así averiguar que habían sufrido de presión arterial alta y
que tuvieron diabetes", dijo Thomas, quien, junto a su esposo, fundó
en 1998 HOGAR, que ahora cuenta con alrededor de 80 miembros.

Para Jesse Thomas, de padre estadounidense y madre tejana de origen
mexicano, averiguar sobre sus raíces era más que importante, "era
fundamental para saber quién soy y de dónde viene mi sangre".

Con ayuda de libros sobre genealogía y microfilmes donde se encuentran
archivados certificados de bautizo, de matrimonio y hasta de defunción
de iglesias de diferentes denominaciones, Thomas pudo armar un árbol
genealógico para él y su esposa, que data de varias generaciones.

Según Lloyd Bockstruck, director de genealogía de la BPD, existen
archivos también de los censos hechos por el gobierno, en donde se
puede averiguar, "con paciencia, el origen de nuestros antepasados
desde que se empezaron a archivar, a fines del siglo XIX".

Según Jesús y Gloria Benavides, ambos de 73 años y cofundadores de
HOGAR, para "escarbar" el pasado antes del siglo XIX hay que ir a
diferentes fuentes, desde centros universitarios y bibliotecas en
otras ciudades del estado, hasta obituarios de los periódicos de
antaño "y en los panteones que hoy yacen en el olvido".

"También es bueno saber escuchar. Mi abuela murió a los 103 años, allá
por 1965, y siempre nos habló de que su padre había peleado en alguna
guerra. Primero pensamos que se trataba de alguna de las guerras
mundiales", dijo Jesús Benavides.

Pero no fue hasta un viaje a Washington, D.C., cuando Benavides se dio
cuenta de que su bisabuelo, Arcadio Ruiz, natural de Coahuila
(México), luchó en la Guerra Civil estadounidense (de 1861 a 1865) con
las fuerzas de los estados del norte, "a cambio de un caballo, y
dinero que nunca se le pagó".

En la misma búsqueda de los antepasados de Gloria Benavides, se dieron
cuenta de que su bisabuelo, Dionisio Rendón, de Laredo (Texas),
combatió en la misma guerra, pero en el otro bando.

"Es un orgullo poder demostrar que, antes de ser Texas, esto fue
territorio mexicano, y antes español, y antes de los indígenas.
Mañana, quién sabe, pero estoy seguro de que todo en esta vida está
escrito y documentado. Sólo hay que saber buscar para luego descifrar
e interpretar", finalizó Jesús Benavides.